Marcha Indígena y vigilia de San Francisco son reforzadas por grupos de indígenas y otros sectores que se suman a las acciones de demanda al gobierno.
Pasado el mediodía un grupo de más de una decena de guaraníes de Charagua, Parapetí Guazu y zona sur, todos integrantes de la APG, han arribado a la vigilia en San Francisco, La Paz para continuar viaje hasta San Joaquín donde la VIII marcha indígena descansa. La delegación guaraní reforzará la marcha indígena y se sumará a otros grupos de indígenas que tras su arribo a la vigilia impulsada por mujeres indígena originarias de oriente y occidente en alianza, han partido el día de hoy para incorporarse a los marchistas que avanzan desde el 15 de agosto hacia la sede de gobierno.
Esta mañana al menos dos grupos de integrantes de la marcha de tierras altas en adhesión a la VIII marcha indígena han partido al encuentro de los más de un millar de marchistas quienes han superado ya más de 50 días de ardua caminata y enfrentando una cruel represión gubernamental.
La delegación guaraní es el grupo de avanzada de la APG que terminará de agruparse a lo largo del día y que se sumará hoy a la marcha indígena que se encuentra a escasos 98 km de La Paz.
En tanto, la vigilia de San Francisco en La Paz sigue canalizando la inmensa solidaridad de la sociedad civil y de otros sectores sociales que aúnan acciones en torno a la defensa de los derechos indígenas y que, en concordancia con la posición de los marchistas, expresan el rechazo a las maniobras del gobierno que, en la Asamblea Legislativa pretenden presentar como consensuado un proyecto de ley contrario a las demandas indígenas.
El día de ayer, desde la marcha ha arribado un compañero con problemas serios de salud que requería de urgente atención médica y una compañera que a través de los medios de comunicación masiva ha dado a conocer detalles de la represión y ha denunciado la falta de atención médica a los marchistas que ya está creando un problema serio sobre todo en el caso de los casi 150 niños que acompañan a sus padres en la larga y accidentada caminata.
Marchas espontáneas de diversos sectores se unifican en la vigilia al grito de “todos Somos Tipnis”, los payasos de La Paz se manifiestan en diversos días en apoyo a la marcha y anuncian un recibimiento especial para los niños que integran la larga columna de marchistas; en la misma línea las noches de la vigilia han sido convertidas en jornadas de información y análisis que acogen a gran cantidad de ciudadanos comunes que participan de jornadas de debate y posicionamiento.
La sacrificada vigilia en La Paz ha cumplido ya 23 días de estadía en la iglesia San Francisco con el objetivo de canalizar el apoyo a los marchistas y garantizar junto a otros sectores populares el arribo de éstos a La Paz. La Vigilia es una palestra abierta que replica la demanda de respeto a los derechos indígenas y a la defensa de los recursos naturales por parte del pueblo boliviano, y es el punto de encuentro de miles de indígenas, vecinos, agrupaciones sociales que se solidarizan y se aglutinan en torno a una lucha que ya se ha convertido en lucha nacional.
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