martes, 4 de octubre de 2011

Marcha Indígena: “No le creemos sus disculpas”

Marcha Indígena: “No le creemos sus disculpas”

03/09/11.- “Estamos entrando al territorio de los jaspitanki”, dijo un marchista amazónico, rodeado por la neblina en la comunidad La Cumbre, en pleno ascenso hacia los Andes. Temprano avanzaron diez kilómetros hasta Palos Blancos, una población de La Paz donde algunas personas habían advertido que la Octava Marcha Indígena no sería bien recibida. Pero varias autoridades locales se reunieron con las y los caminantes para garantizarles la hospitalidad de este pueblo. Mañana retomarán la senda de 270 kilómetros que los separa del Palacio Quemado, donde esperan que los reciba el presidente Evo Morales para atender a sus 16 demandas.

“La hipocresía, la prepotencia, el capricho de este Gobierno nadie lo puede tolerar, nosotros no se lo vamos a tolerar. Vamos a ir allá a exigir el cumplimiento de nuestros derechos. Y si por presión vamos a hacer respetar nuestros derechos, por presión va a tener que ser”, dijo el diputado indígena Pedro Nuni, aún recuperándose de los golpes que la Policía le dio a él y a los mil marchistas el 25 de septiembre pasado en Yucumo.

“La marcha está lastimada. Yo estoy con algunos dolores del maltrato que nos hicieron. Sin embargo, a pesar de eso estamos caminando. El valor hace que el dolor a veces pase”, dijo el mojeño Fernando Vargas Mosúa, presidente de la Subcentral de comunidades del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), por donde el gobierno nacional pretende hacer pasar una carretera sin el consentimiento de sus dueños: los pueblos Chimán, Yuracaré y Mojeño. Esta situación definió el comienzo de la octava marcha, el 15 de agosto pasado en la ciudad de Trinidad, capital de Beni.
“Estamos peleando contra el gobierno para que nuestros derechos sean valorados. Ahora el Gobierno nos discrimina bastante como pueblos Cavineño, Tacana, Ese Ejja, Yaminagua, Machineri, que existimos en el departamento de Pando. Con este acto del 25 de septiembre (día de la represión del Gobierno a los indígenas) estamos más animados para marchar, para que nuestras voces sean escuchadas por todos los pueblos”, dijo el cavineño Elvis Mayo, venido de la provincia Madre de Dios.

“He sido apaleado, hemos sido correteados, hemos dormido una noche en el monte, sin mosquitero, sin colchas sin nada; pero lo hemos superado. Nosotros éramos unas diez personas que no nos separamos en ningún momento”, recordó Mayo.

Cuando la marcha llegó a Palos Blancos, la mayoría de las miradas eran de recelo. Pero nadie manifestó desagrado hacia los indígenas, como ayer cuando pasaron por Inicua. “Es una comunidad bastante grande, de comerciantes occidentales. La situación se torno bastante tensa cuando pasábamos, porque nos gritaban y nos echaban acusaciones falsas. Pero nosotros estamos en calma”, dijo Nuni, del pueblo Mojeño.

“Las autoridades de Palos Blancos nos han garantizado que tendremos una buena estancia acá, que nos apoyarían y nos acompañarían en algún tramo, si hubiera algún riesgo de que nos agredan. Es importante para nosotros que nos apoyen con la solidaridad que siempre caracteriza a los pueblos. Así tendremos voluntad y fortaleza para seguir adelante en nuestro camino”, dijo el asambleísta.
“Somos conscientes de que estos tramos de la marcha van a ser difíciles, con gente que nos va a seguir hostigando, nos va a seguir amedrentando, nos va a seguir cuestionando, insultando. Ante estas situaciones vamos a mantener la mesura, la calma, la paciencia y sobre todo el pacifismo, que es nuestra clave”, agregó el mojeño en el campamento, junto al río Beni.

“Las poblaciones por donde pasemos deben guardar una compostura, porque la marcha no viene a vulnerar ningún derecho de nadie. Nosotros solamente queremos una respuesta a nuestras demandas. Por eso nuestra decisión es llegar a la ciudad de La Paz”, dijo Nuni.

“Las secuelas que ha dejado la represión están latentes, no solo por los golpes físicos que hemos recibido, sino psicológicos también. Ahora los niños se asustan si escuchan algún petardo sonar. Pero poco a poco vamos a ir superándolo, borrándolo de nuestras mentes. Esperamos que en el camino, antes de llegar a la ciudad de La Paz, no vuelvan a atacarnos. Sabemos que en Caranavi vamos a tener el apoyo de la población a este movimiento que busca proteger sus territorios”, dijo el asambleísta, quien aludió al pedido de perdón de Morales por la represión policial.
“No le creemos sus disculpas. Es un Presidente resentido, es un Presidente que aún no se despoja de su conciencia colonizadora, siempre piensa que todo el mundo está contra él. Nosotros no estamos marchando para desestabilizar a un gobierno, solamente exigimos respeto a nuestros derechos, que no pueden ser vulnerados y no pueden ser negociados”, sostuvo el líder indígena.

Nuni se refirió a las últimas declaraciones de Morales contra la octava marcha. El Presidente dijo que un dirigente campesino le dijo que la movilización de la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) tiene la finalidad de entorpecer las elecciones de magistrados para el Órgano Judicial, a realizarse dentro de dos semanas. Y el Presidente creyó en esta versión.

“Que no se nos malinterprete: nosotros no venimos a obstaculizar sus elecciones judiciales, es responsabilidad de ellos. Ellos tenían la capacidad de atender a nuestras demandas antes de que vinieran las elecciones. Ahora todavía tienen tiempo de traer soluciones, pues que venga el Gobierno y que venga con propuestas claras, transparentes y sobre todo coherentes. Es la única manera de solucionar esto. Si no nos traen soluciones antes de las elecciones, no nos vamos a desmovilizar por el hecho de que vengan las elecciones. Nos tocará donde nos halle la fecha de las elecciones, nos quedaremos acampando, respetaremos ese día. Pero nosotros no vamos a volver con las manos vacías”, aseguró Nuni.

“A nosotros nos tiene sin cuidado que vengan las elecciones. No es nuestra prioridad la elección del 16 de octubre. Nuestra prioridad es que se respete el territorio, que no se construya esa carretera (Villa Tunari-San Ignacio de Moxos) y si la quieren construir que la hagan por otro lado. Por el hecho de que vengan las elecciones no vamos a parar nosotros y no vamos a volver sin solución a nuestras casas, ya que este ingrato problema ha sido provocado por el propio Estado”, dijo.

(Comisión de Comunicación de la Octava Marcha Indígena)

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